Los años de la secundaria se cuentan entre los mejores de la vida. Son un tiempo ideal para el aprendizaje, la experimentación y la ampliación de nuestros paradigmas mentales. Es en esta etapa en la que nuestros hijos logran consolidar las características de su personalidad, y las relaciones y experiencias a las que tienen acceso, serán fundamentales. Se trata de un tiempo de juventud, en el que todo está por descubrir, y tomarán muchas de las decisiones que impactarán directamente en nuestro futuro.
Mientras más oportunidades de experimentar culturas diferentes tenga un joven, mejor podrá desarrollar un pensamiento crítico, que lo convierta en una persona de altos valores personales y profesionales, y que tenga las herramientas para insertarse con éxito en el mundo moderno, de una competitividad que sabemos, es muy elevada. En este sentido, los intercambios en la secundaria surgen como una excelente opción que complementa y fortalece la educación de un joven.
En el Colegio Washington somos partícipes de la formación bilingüe y bicultural de cada uno de nuestros alumnos, por lo que nos constituimos como una gran familia. La prioridad que le damos a la formación bilingüe obedece a un sencillo motivo: es fundamental el dominio del idioma inglés para aumentar las competencias del individuo, de cara a su desarrollo personal y profesional.
Es así como las experiencias de intercambio en secundaria arrojan resultados extraordinarios. No sólo permiten al joven profundizar su conocimiento sobre una lengua que no es la materna, sino que abre su mente a culturas radicalmente distintas a la propia.
En una etapa tan importante de la juventud, las posibilidades de expansión que ofrece hacer un intercambio en la secundaria son realmente diversas. Exploremos las más importantes.
Estudiar en un Colegio bilingüe implica, por sí mismo, un cúmulo de posibilidades y ventajas. Pero hacer un intercambio en la secundaria va mucho más allá. No solo se trata del tradicional proceso de aprendizaje, sino de una formación integral como ser humano.
Esos jóvenes que viven bajo el seno de sus padres, que son tímidos y prefieren relegar muchas cosas que podrían hacer por sí mismos, hasta el momento en el que puedan contar con la ayuda de un mayor, podrían tener en una experiencia de intercambio, una nueva visión de la vida.
La autonomía generada por el nuevo lugar obliga al joven a insertarse en ese entorno desconocido, haciendo mano de sus propias habilidades. Al sentir que puede ser autosuficiente y enfrentar el mundo exterior con sus medios, cualidades y habilidades, se fortalece de manera significativa su autoestima, así como la seguridad en sí mismo y en las acciones que ejecuta.
Una famosa frase dice que "nada desarrolla tanto la inteligencia como viajar". Además de los nuevos paradigmas de pensamiento, un intercambio implica la fantástica posibilidad de sumergirte en los detalles y cotidianidad de una cultura distinta. Imagina un intercambio en el que tus hijos puedan compartir con personas de los países más distantes.
Podrá dar a conocer las delicias de la gastronomía mexicana, mientras aprendes sobre la pastelería francesa. Podrá cantar el himno de Inglaterra, y también dar algunos pasos de baile con el tradicional tango argentino o la cumbia colombiana.
El mundo no es sólo el entorno en el que vivimos, nuestras costumbres, música, comida y códigos para relacionarnos. Existe una amplitud infinita de manifestaciones culturales propias de cada región, y tener la experiencia de abrirse a ellas en la temprana juventud, es una posibilidad del todo enriquecedora.
Prácticamente todos los jóvenes que tienen la posibilidad de vivir un intercambio en la secundaria regresan a su hogar con montones de nuevos amigos. Te sorprenderás como tú hijo hablará inglés fluido, o incluso en otro idioma, con los amigos con los que comparte esta divertida experiencia. El único problema por sortear será organizar los horarios para charlar con su amiga de Japón, con su amigo ecuatoriano, y con ese grupo de chicos españoles.
Si consideramos que las relaciones interpersonales que logramos establecer y mantener a lo largo de nuestra vida, son un factor importante para la salud emocional, esta es una gran posibilidad que incluyen los intercambios. Además, quizás si más adelante quiera hacer un viaje turístico a Madrid o a Quito, ¡ya sabes quién te enseñará la ciudad!
Existen muchos tipos de intercambios estudiantiles, que se adaptan a las diferentes necesidades del joven y su familia. Los más comunes y útiles son los que se orientan al aprendizaje y fluidez en el habla de un nuevo idioma. Veamos los principales tipos de intercambios y qué puedes aprender en ellos.
Estos son los que tienen una mayor demanda, pues aportan herramientas de gran valor para la vida en general. Suelen manejarse grupos pequeños o medianos de estudiantes, y se ajustan en relación con niveles de dificultad. Los más solicitados son aquellos que tienen por objetivo el total dominio del inglés, aunque también pueden encontrarse intercambios para el aprendizaje de lenguas como el francés, mandarín, italiano, alemán, portugués, y hasta el japonés.
Estas suelen ser opciones para jóvenes entre los 13 y 15 años. Se trata de intercambios breves, en los que se realizan actividades grupales que desarrollen el elemento conversacional sobre el idioma que se pretenda aprender.
Esta clase de intercambios suelen ser más especializados, y se realizan generalmente en el último año de la preparatoria. Tienen por objetivo preparar al joven para continuar con su formación, ahora en la escala universitaria. Además de la formación básica en conversación y escritura de un idioma extranjero, pueden incluir exámenes de suficiencia internacionales, como el TOEFL.
Si deseas vivir una experiencia integral, que te fortalezca como persona, te prepare para el futuro con las mejores herramientas, y además te deje un saldo positivo muy valioso en cuanto a relaciones y amistades, date la oportunidad de vivir un intercambio en la secundaria. Te invitamos a que Explores Secundaria Washington, da clic y recibe más información.